¿Para qué sirven?

 

Sirven para transformar cultura, entendido esto como producir cambios en la actitud y el comportamiento de las personas. Por ejemplo, un barrio donde es “normal” la cultura de la ilegalidad, el desorden, el maltrato, la trampa, el daño a otros o la indiferencia, el desconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos; por acción de una escuela de seguridad se puede iniciar un proceso de cambio de todo ese panorama por nuevas actitudes convenientes al ser humano.

A la Policía le sirve realizar escuelas de seguridad por muchas razones, entre las que se cuentan: mejora de la percepción de seguridad, la imagen de la Policía, disminución de delitos, contravenciones y conflictos, respaldo, admiración y respeto a los policías, entre tantas otras.